En la noche del 31 de diciembre, los padres de
los normalistas encabezaron una manifestación con la participación de
aproximadamente 900 personas en el Distrito Federal. Desde el inicio, fuera de
las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR), la gente gritaba consignas que casi en todo
el recorrido no dejaron de escucharse, hasta llegar frente a una valla de
granaderos que impidieron seguir avanzando sobre avenida Constituyente hacía
los Pinos. Algunas consignas fueron nuevas como: “¡Justicia, justicia para los
estudiantes, castigo, castigo para los gobernantes!”, “¡Gobierno delincuente,
la prueba está que mientes!, “¡A buscar, a buscar, en el cuartel militar!”, “¡Desde
Iguala a los Pinos, castigo a los asesinos!”, ¡Resistencia nacional, contra el Estado
Criminal!”, “Esta noche no es de cena, es de lucha y de protesta”, “¡Gobierno
que mientes, sabes bien que tu los tienes!”. También se coreaban las ya bien
conocidas consignas como “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” y el
conteo del 1 al 43 culminando con ¡Justicia!.
En el
mitin, frente a la valla de granaderos, se escucharon las voces de unos padres
de los normalistas desaparecidos forzadamente por las fuerzas del Estado.
Denunciaron tajantemente que fue el Estado culpable de la desaparición de sus
hijos y del asesinato de los cuatro normalistas. Señalaron que desde antes del
26 de septiembre ya venían siendo atacados, como el 12 de diciembre de 2011
cuando las policías federal y estatal asesinaron a dos estudiantes de
Ayotzinapa. Exhortaron a todos a continuar las acciones por castigo a los
culpables en el 2015, y que no había para ellos festejo de fin de año porque
hacen falta sus hijos que el gobierno se los desapareció. Otros integrantes de algunas
organizaciones hablaron señalando que éste fue un crimen de Lesa Humanidad por
parte del gobierno de Peña Nieto. Se habló del plantón permanente frente a la
PGR que exige la liberación de todos los presos políticos del país como la de Jacqueline
Santana y su compañero Bryan Reyes, entre otros, así como Rubén Sarabia Simitrio
y su hijo. También llamaron a continuar permanentemente las acciones junto con
los padres y los normalistas.
Bloqueando el camino a los Pinos |
Un compañero del Movimiento Popular Revolucionario
(MPR) habló de “la lucha desde Ferguson, donde se combate contra la policía
racista que asesina a los negros, a Ayotzinapa y otras partes del país que
lucha contra la policía asesina”. Y resaltó las evidencias de la valiente
investigación de Anabel Hernández y Steve Fisher (Proceso, 1989)
resumidas en una parte del volante: “¡Desde Iguala a los Pinos, cárcel
a los asesinos! ¡Todo el pinche sistema
es culpable!”, de Aurora Roja, voz de la Organización Comunista
Revolucionaria, de que:
·
El Ejército y las policías federal, estatal y
municipal tuvieron conocimiento de los hechos en tiempo real y se coordinaron por medio del
sistema C4 en el operativo contra los normalistas de Ayotzinapa;
·
La policía federal participó directamente en los
ataques a los estudiantes;
·
La policía federal y la Marina torturaron a los
supuestos "testigos" que el gobierno utilizó para
armar su fábula de que fue un ataque local del crimen organizado.
Enfatizó que “ahora tenemos ‘los pelos de la
burra en la mano’” en el caso de Ayotzinapa y también resaltó que también “ocultaron su crimen
de Tlatlaya, cuando el ejército ejecutó a los jóvenes que se rindieron, el
ejército asesino a esos jóvenes, pobres la mayoría, y durante tres meses
dijeron que murieron en un enfrentamiento con el ejército”. Señaló que “es importante pensar lo
que será necesario para poder acabar con estos crímenes y poder generar una
nueva sociedad con unas nuevas relaciones, donde las mujeres no sean
discriminadas, donde los indígenas no sean discriminados racistamente por su
lengua como sucede bajo este sistema, habrá entonces que romper con el control
de este Estado”. De hecho, lo que hace falta es una nueva revolución
emancipadora con la guía de la nueva síntesis del comunismo.
Recalcó que “Se necesita desarrollar un
torrente de lucha para hacerles que paguen por este asesinato y crimen que han
cometido, ellos son los culpables, ellos son los asesinos, y han venido
inventando conscientemente cuentos falsos para ¡encubrir su propio asesinato!,
un movimiento creciente que ya no esta dispuesto a tolerar que nos sigan
asesinando, torturando y desapareciendo… ¡Que esta vez no salgan con la
suya!” Y terminó gritando tres veces, acompañado por la gente, la consigna:
¡Desde Iguala a los Pinos, cárcel a los asesinos!
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